Unidad 1
La motivación en el docente y el adolescente
Profesora/autora
Ana Brenda Martínez Quiroz
Mayo 2013
Introducción
al tema de motivación
Hemos
visto que el aprendizaje cualquiera que sea su contenido o material posee
características comunes. Primera, comienza con cierto nivel de conocimientos y
habilidades que el estudiante aporta a la situación y que se amplían y
perfeccionan en función del aprendizaje. Otra, el aprendizaje implica el uso de
estrategias que incluyan la solución de problemas. Tercera, el aprendizaje
comprende aspectos del procesamiento de información: atención, percepción,
repaso, organización, elaboración, almacenamiento y recuperación.
Podemos
añadir a esta lista de características una más: la motivación. Como la
empleamos en esta obra, la motivación se refiere al proceso de fomentar
y sostener conductas orientadas a metas. Se trata de una definición
cognoscitiva porque postula que la gente establece metas y, para alcanzarlas,
emprende las tareas en forma cognoscitiva (por ejemplo, supervisa su avance) y
conductual (digamos, invierte esfuerzos).
Esta definición es
congruente con la postura que adoptamos sobre la función de la cognición en el
aprendizaje. Al igual que el aprendizaje, la motivación no se observa
directamente, sino que se infiere de los indicios conductuales de la gente:
expresiones verbales, elección de tarea, esfuerzo invertido y dedicación. La
motivación es un concepto explicativo que se utiliza para entender el
comportamiento. Aun si algunas formas menores de aprendizaje ocurren en su
ausencia, la motivación cumple una función importante en el aprendizaje. Los
estudiantes que están motivados para aprender prestan atención a la enseñanza y
se dedican a repasar la información y relacionarla con sus conocimientos y
hacer preguntas. Antes que renunciar cuando se topan con material difícil,
invierten mayores esfuerzos en aprenderlo. Deciden ocuparse en las tareas
aunque no estén obligados y en su tiempo libre leen libros de temas
interesantes, resuelven problemas y acertijos y proyectan trabajos especiales.
En síntesis motivación los lleva a entregarse a las actividades que facilitan
el aprendizaje. Se ha estudiado la motivación desde distintos ángulos:
psicológico, instintivo, hedonista y fisiológico. En este capítulo, presentamos
las explicaciones psicológicas, pues corresponden a la orientación de esta
obra, sin que ignoremos la validez de los otros puntos de vista. Buena parte de
las primeras investigaciones examinan el supuesto de que la motivación proviene
ante todo de los instintos. Por ejemplo, los etólogos basaron sus ideas
en la teoría de Darwin, que postula que los instintos tienen un valor de
supervivencia para los organismos, que la energía que acumulan se libera en
conductas destinadas a garantizarla. Otros han resaltado la necesidad de los
organismos de homeostasis, el estado óptimo de funcionamiento
fisiológico. Las explicaciones de otros más atañen al hedonismo la idea
de que el hombre busca el placer y rehuye el sufrimiento. Todas estas posturas
explican algunos aspectos de la motivación humana, pero no son apropiadas para
dar cuenta de la amplia gama de las actividades motivadas, en especial las que
ocurren en contextos de aprendizaje. El lector interesado en estas
explicaciones podrá consultar otras fuentes (Petri, 1986; Pintrich y Schunk, en
prensa; Weiner, 1992)[1]. La
investigación fisiológica es un campo activo de interés actual. Sus
especialistas examinan la relación de los cambios en las ondas cerebrales, las
hormonas y las actividades neuroquímicas con el comportamiento. Estos estudios
prometen hacer contribuciones significativas a la comprensión de los procesos
de motivación. Desde el punto de vista psicológico, la motivación ha figurado
de manera prominente en las teorías de la personalidad y el logro. En este
apartado revisaremos algunas teorías de la personalidad, pero el principal
objetivo es la relación de la motivación con el logro. Un campo de especial
interés es el aprendizaje motivado, o la motivación para adquirir
habilidades y estrategias, en contraste con la motivación para cumplir las
tareas (Brophy, 1985; Corno y Mandinach, 1983). Los principios del aprendizaje
motivado tienen implicaciones claras en el aula.
Tips sobre motivación
Es
necesario recordar que motivar una clase no es, simplemente, echar mano de la
motivación inicial, el uso de la improvisación, sino que más bien, es un
trabajo de acción continua al lado de la clase y junto a cada alumno; de ahí la
importancia que tiene el conocimiento de las aptitudes y aspiraciones de cada
uno, al fin de proporcionarle, en la medida de las posibilidades, trabajos que
correspondan a sus posibilidades, necesidades y preferencias.
Cada
individuo se verá motivado en la medida en que sienta comprometida su
personalidad y en la medida en que la información que se le presente signifique
algo para él.
La
motivación es necesaria para el aprendizaje, es aquella voluntad, deseo,
intencionalidad o decisión que surge con el fin de alcanzar una meta, la
motivación es aquel motor que impulsa, dirige y da fuerza al individuo para
alcanzar la satisfacción de cierta necesidad no cubierta, existen dos tipos de
motivación: la motivación intrínseca y la motivación extrínseca.
Smeke, afirma: “La motivación intrínseca es
aquella ejercida por un impulso individual en el alcance de una meta personal.
Busca nuevos retos, evalúa en comparación a éxitos anteriores, busca riesgos y
considera el fracaso como una oportunidad para aprender. La motivación
extrínseca es aquella que es ejercida por una influencia externa”[2].
El
resultado de una determinada técnica dependerá de una serie de factores
intrínsecos y extrínsecos al educando y de sus diferencias individuales. Tanto
es así, que en una circunstancia una técnica puede surtir efecto y en otra no.
Una técnica puede sensibilizar a un grupo de alumnos y otra no.
Smeke dice:“La
motivación extrínseca es aquella que
busca la aprobación, evita el fracaso, requiere la aprobación social y
existe el temor a perderla”[3], un
punto importante es que el alumno se relacione internamente, es decir una
fuerza que viene dentro del ser humano hacia fuera, esto le permitirá un paso
hacia la creatividad. Los docentes debemos guiar a nuestros alumnos a
desarrollar una motivación intrínseca mediante una autoestima sana, un auto
concepto adecuado, ser real y objetiva con base a la aceptación del propio
estudiante.
No
haciendo a un lado la motivación extrínseca mediante la aceptación de su
persona una retroalimentación constante y un ambiente de respeto y cariño. Las
personas serán más creativas cuando se sientan motivadas por el interés, el
gozo, la satisfacción, el reto que representa el trabajo mismo y no por
presiones externas, esto implica simpatía o aversión por el trabajo o la
presencia o ausencia de las presiones.
Para
poder desarrollar la motivación en el aula algunos de ellos son los recursos
con los que cuenta la escuela, y el profesor, motivación, la organización,
establecer metas a corto y largo plazo.
La
identificación de las propias emociones es la base de la identificación de esos
mismos sentimientos en otras personas para facilitar la comunicación, la
empatía, la acertividad, considero que otra alternativa para conocer nuestras
emociones es poner en una balanza los sentimientos y opiniones propias de las
ajenas, estableciendo los diferentes puntos de vista dando la posibilidad al
diálogo, respeto y tolerancia, ya que una salud emocional deficiente lleva a un
fracaso total, entorpeciendo el pensamiento, la concentración y la memoria, la
paz interior, las relaciones interpersonales, el manejo integral del cerebro y
armonía del balance sentimiento razonamiento.
Llegar
a un cambio total no se obtiene de un día para otro, sino el transcurso de los
años, con los conocimientos necesarios y la teoría nos ayuda a mejorar el
desempeño académico, personal de los docentes, con experiencias vivénciales que
cada uno poseemos donde se aprende a manejar las diferentes emociones en los
adolescentes, es un gran reto, pero si se propone se obtendrán muy
satisfactorios resultados.
Se
requiere de saber nuestras metas reales, ya que estas nos orientan para
establecer prioridades, tomar decisiones y saber si tomamos sobre la base de
los sentimientos o la razón, es el ser constantes y elegir. Una forma de ayudar
al adolescente es la auto motivación en las que podemos como docentes llegar a
estados.
Bibliografía
[1] Schunk, D. (1997)
Teorías del aprendizaje. Pp. 284- 285. México. Prentice Hall. Hispanoamericana
[2] Smeke, Sofia, “Alcanzando la excelencia
emocional en niños y jóvenes”, editorial Tomo Uno, México 2002, pág. 59
[3] Smeke, Sofia, “Alcanzando la excelencia
emocional en niños y jóvenes”, editorial Tomo Uno, México 2002, pág. 59
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